lunes, octubre 20, 2025

RETROCANARIAS

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Reuniones

6º Encuentro Usuarios Retroinformática

El Sexto Encuentro de Usuarios de Retroinformática de RetroCanarias, celebrado el 15 de marzo de 2025 en el Centro Ciudadano de Guajara, fue una jornada marcada por el cacharreo técnico, la experimentación y el espíritu colaborativo que caracteriza a esta comunidad. Aunque la asistencia fue algo menor que en otras ocasiones —hubo incluso más ordenadores que personas, como bromeaban algunos—, el ambiente estuvo cargado de curiosidad, soldadores encendidos y pantallas de fósforo verde llenas de vida.

Este encuentro fue además especial por otro motivo: estaba previsto que incluyera una charla conmemorativa del 45.º aniversario de las consolas Game & Watch de Nintendo, pioneras en la portabilidad del videojuego. A pesar de que problemas técnicos con el proyector impidieron su realización, el tema sirvió de excusa perfecta para rememorar aquella época en que las pequeñas consolas LCD de bolsillo —como Ball, Fire o Donkey Kong— revolucionaron el juego portátil.


Cacharreo y hardware en acción

La sesión tuvo un marcado carácter técnico. Los asistentes se dedicaron principalmente a revisar, reparar y mejorar sus equipos, compartiendo conocimientos y trucos que van desde la electrónica básica hasta la compatibilidad entre periféricos de diferentes generaciones.

El usuario DarkND trajo su Commodore Amiga 500, un clásico absoluto de los 16 bits, con una carcasa negra recién adquirida en AmigaStore, que le daba un aspecto moderno y elegante. Sin embargo, la jornada no fue fácil: el nuevo juego de teclas que había comprado resultó incompatible con el teclado original, ya que el sistema de anclaje difería ligeramente del modelo estándar. Este contratiempo le impidió completar el cambio, pero no le restó motivación; finalmente optó por mantener el teclado original y acoplarlo a la nueva carcasa, consiguiendo igualmente un resultado muy vistoso.

Mientras tanto, DarkND dedicó buena parte del día a reparar un MSX Hit Bit rojo, un precioso equipo de Sony que estaba dando problemas con su conexión de vídeo. Entre pruebas, soldaduras y consultas al resto de asistentes, el proceso se convirtió casi en una clase práctica colectiva sobre mantenimiento de equipos MSX.

A su lado, Nivaria montó su habitual estación doble con un Amiga 1200 y un MSX2 Phillips 8250 de sobremesa, acompañados de un televisor SONY trinitron de alta resolución de la época que —según decían entre risas— provocó “envidia técnica” a más de un participante por la nitidez de su imagen.


De Spectrums y Sinclairs

El usuario Ayoze trajo una Super Nintendo y, sobre todo, una selección de máquinas Sinclair que hicieron las delicias de los asistentes. Entre ellas, su reciente adquisición: un Sinclair QL (Quantum Leap), ordenador profesional lanzado en 1984 y recordado por sus singulares microdrives, pequeños cartuchos de cinta magnética que sustituían a las tradicionales disqueteras.


Ayoze dedicó parte del encuentro a probar la salida de vídeo del QL, que le estaba dando algunos fallos de imagen, y a testear el funcionamiento de los microdrives, un sistema de almacenamiento tan curioso como frágil. Su mesa fue una de las más visitadas, tanto por el interés histórico del equipo como por la oportunidad de verlo en acción.

Junto al QL, Ayoze montó una auténtica exposición de la saga Spectrum:

  • Un ZX80 con carcasa impresa en 3D (una fiel recreación del diseño original),
  • Un ZX81,
  • Un ZX Spectrum 48K “gomas”,
  • Un Spectrum +,
  • Y un Spectrum +3, con disquetera incorporada.

Cada equipo estaba acompañado de carteles explicativos y notas técnicas, lo que convirtió su mesa en una pequeña muestra de historia de la informática doméstica británica.


Amstrad, MSX y las pequeñas batallas técnicas

El infatigable Miguel volvió a traer su Amstrad CPC 6128, que ya es un habitual en los encuentros. Con su característica disquetera de 3 pulgadas, el equipo sirvió para cargar juegos clásicos como Continental Circus, demostrando una vez más la robustez del sistema. El teclado del CPC —que suele requerir limpieza y mantenimiento frecuente por la edad de sus membranas— se comportó correctamente durante toda la jornada, permitiendo largas sesiones de prueba.

Nivaria trajo además un MSX1 Toshiba HX-20, un elegante modelo negro de los primeros años del estándar japonés. Aunque su distribución de memoria RAM ha sido objeto de polémica entre los coleccionistas (por su disposición algo atípica), el equipo funcionó perfectamente. Se realizaron pruebas con disqueteras externas y con una Gotek configurada para leer imágenes de disco en formato .DSK, logrando cargar varios títulos sin fallos. La estabilidad del sistema sorprendió a más de uno, recordando por qué el MSX sigue siendo una plataforma tan querida.

Mientras tanto, DarND, con su Amiga 500 ya estabilizado, aprovechó para probar varios juegos desde su Gotek, entre ellos HeroQuest y Quark. Su unidad Gotek era una de las primeras versiones disponibles en el mercado, equipada con pantalla de tres dígitos y firmware Cortex, una configuración muy apreciada por los aficionados al hardware clásico.


Por último pero no menos importante, contamos con la aparición de nuestro amigo Kempston, que venía por primera vez a nuestros encuentros y aprovechó para colocarse por una esquinita en el que pasamos con él un rato agradable.

Un encuentro más íntimo pero igual de enriquecedor

Aunque la afluencia fue menor que en otras ocasiones, el sexto encuentro tuvo algo especial: una atmósfera tranquila y colaborativa, perfecta para el intercambio de conocimientos técnicos. No hubo grandes torneos ni competiciones, pero sí mucha cooperación, charlas improvisadas y pasión compartida por la electrónica de hace cuatro décadas.

El único momento agridulce fue la cancelación de la charla sobre las Game & Watch, prevista para cerrar el evento, debido a un fallo del proyector. Aun así, el tema quedó pendiente para futuras ediciones, donde se espera poder rendir el homenaje merecido a las pequeñas consolas que sentaron las bases del juego portátil.


Conclusión

El Sexto Encuentro de RetroCanarias fue un recordatorio de que la retroinformática no siempre consiste en jugar, sino también en conservar, reparar y comprender. Los asistentes demostraron que la verdadera magia de estos sistemas está en su ingeniería, su diseño y la comunidad que los mantiene vivos.

Entre tornillos, placas, cintas y disqueteras, quedó claro que cada reunión, por pequeña que sea, aporta algo esencial: la certeza de que el pasado de la informática sigue inspirando el presente.

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